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Todos conocemos de los problemas que tiene Windows como sistema operativo: inestabilidad, mala gestión de los recursos, coste de las licencias, etc. pero siendo realistas ¿qué alternativas se presentan al usuario a día de hoy?
Parece que por el momento (y mientras Android se decide a arrancar) la única alternativa seria es Linux (hablamos de PC’s clónicos, claro está), que está ganando cierto terreno ante el monopolio de Microsoft, en parte gracias al fiasco de Windows Vista y gracias también a verse instalado de fábrica en no pocos Netbooks.
Linux es un sistema robusto, fiable, seguro, que aprovecha correctamente los recursos de la máquina y en cada nueva distribución es más amable para el usuario y más sencillo, pero sigue sin terminar de arrancar ¿por qué?
Compatibilidad con el hardware
Este es un problema que se va solucionando con el tiempo, en las últimas distribuciones es cada vez menos el hardware que no se ve soportado de manera nativa, pero sigue habiendo y mucho... algunos dirán “para casi todo existe un driver open-source o se pueden utilizar los drivers de Windows con uno de esos drivers-puente”.
Esto seguramente pueda sacar del apuro al usuario avanzado, pero señores, el usuario de a pie, ése que no sabe (ni le importa) como funcionan las tripas de su sistema y que lo único que quiere es instalar su webcam y que funcione, ése usuario que representa a la gran mayoría de usuarios, a ése usuario no se le puede pedir que compile la última versión del kernel junto con una serie de paquetes para que luego, mediante una serie de, para él ininteligibles, comandos introducidos en una consola que le parece algo de tiempos de los cavernícolas “levantar un interfaz” (“qué coño de interfaz, yo lo que quiero es enchufar la cámara y que funcione”), y si tiene mucha suerte, que funcione (si le da el más mínimo fallo no va a ser capaz de entenderlo).
Software
El software en Linux también tiene sus problemas graves, y no me refiero al típico “no encuentro un determinado software para hacer aquello que hacía en Windows”, puesto que dejando aparte aplicaciones muy específicas como AutoCAD, en Linux hay sustitutos para casi todo, el problema es otro:
Para empezar, uno instala su distribución de Linux y selecciona los programas que se van a instalar... “sí, quiero el sistema de oficina y los juegos y el multimedia y blablabla...”, muy bien, luego arrancas el sistema y a ver qué tenemos aquí... vaya... 7 buscaminas... interesante... vamos a buscar el bloc de notas... anda si vienen 3 blocs de notas y 2 editores de texto... ¿como reproduzco un mp3? ah, claro, con cualquiera de estos 3 reproductores...
Y es que el software que se instala con la distribución suele ser un completo caos. Un caos en cuanto a la cantidad de aplicaciones que se instalan que sirven para lo mismo, un caos en cuanto a interfaces (cada una de su padre y de su madre), un caos en cuanto a traducciones (unas en castellano, otras en inglés, otras mitad y mitad).
¿No podría definirse un paquete de software básico para la distribución con una aplicación para cada cosa y después permitir que el usuario se instalase lo que quisiera? aunque claro, eso de instalar... es otra guerra...
“Voy a instalarme este programa para grabar CD’s” - error, tiene dependencias de paquetes que te faltan, como el compilador de C, la extensión de nosequé del kernel y el paquete de interfaz gráfica para que se vea específicamente esta ventanita - “pero qué me estás contando, a ver, que no sé lo que es un compilador de C, que no quiero compilar Cés, que quiero grabar CDs... mira paso, me instalo el XP que tengo el Nero pirata...”.